Por M.C.
2020
El año 2020 ha empezado a hacer una lista con sus palabras clave, esas con las que pasará a la historia y muy a su pesar, será recordado por términos como: Coronavirus, confinamiento, crisis y, por supuesto, teletrabajo.
¡Quién nos lo iba a decir hace apenas un mes! cuando defendíamos en todos los foros en los que participábamos, la necesidad de utilizar esta herramienta para ayudar a las personas a conciliar su vida laboral con la personal. ¿Y ahora? Después de unas semanas de confinamiento, el teletrabajo se ha convertido en un imprescindible en nuestra rutina diaria. Imprescindible y un privilegio, añadiría, porque ni todo el mundo puede teletrabajar ni tiene los medios para hacerlo.
Aprendiendo por Decreto
Y llegó, de repente, ese día en el que pasamos de tener el privilegio de poder trabajar uno o dos días por semana a tener que teletrabajar el 100% de nuestro tiempo, los 5 días de la semana. Y para eso, nos guste o no reconocerlo, ni las empresas ni sus profesionales estábamos preparados.
Pero no vamos a utilizar este post para hablar de responsabilidades ni de lo que pudimos hacer y no hicimos, ¿para qué nos serviría? El pasado es pasado y a él no vamos a volver. Afrontemos la situación lo mejor que podamos e intentemos aprender de ella.
Si antes no veíamos a penas desventajas en teletrabajar, ahora, después de más de dos semanas haciéndolo, sinceramente ¿Pensamos lo mismo? Realmente ¿Es tan bueno como pensábamos? Aprovechemos esta situación tan inesperada para reflexionar y aprender de la experiencia, porque también esta etapa nos puede ayudar a crecer y ser mejores profesionales.
Reflexionando sobre esto con un par de personas, he elaborado una pequeña lista con seis desventajas para el trabajador o la trabajadora y seis para la empresa, con el único objetivo de equilibrar la balanza entre los pros, de los cuales hablé en el post anterior , y los contras de esta modalidad de trabajo.
6 desventajas del teletrabajo para las y los empleados
. El impacto emocional: para muchas personas, esta herramienta supone una desvinculación con la empresa. Se sienten alejados física y emocionalmente de sus responsables y de los compañeros y compañeras con las que trabajan. Se siente aislados de la realidad diaria de la empresa y eso afecta negativamente a su compromiso con la organización.
. La vida social en el trabajo: se echa de menos el tiempo que se comparte con las personas del entorno profesional, esa parte de vida social que teníamos en la oficina. Esa que nos ayudaba a desconectar de una reunión o un problema con un proyecto y nos permitía, muchas veces de forma inconsciente, establecer vínculos emocionales con nuestros compañeros y compañeras.
. Hay que ser responsables. Porque esta modalidad exige mayor responsabilidad para organizarse el tiempo, para establecer pautas y rutinas de trabajo y esto no es fácil de conseguir a corto plazo, si no hay unas competencias de base.
. El reto de desconectar. Frente a las grandes ventajas, como es la de no perder el tiempo en desplazamientos, no podemos caer en el error de estar 24 horas conectados con el trabajo. Hay que saber parar y desconectar.
. Aumento de otros costes: es importante no pasar esto por alto. Trabajar en casa implica también más gastos de luz, gas, calefacción a los que se suman otros como el acondicionamiento de un espacio para realizar el trabajo.
. Conflictos familiares. El teletrabajo tiene como principal ventaja la posibilidad de conciliar vida familiar y profesional, pero ¿qué pasa si hay que solapar esas dos vidas en el mismo espacio y al mismo tiempo? ¿Si para poder hacer una call tienes que atrasar el horario habitual de la comida de tu hijo, por ejemplo? Encontrar el equilibrio es difícil y a veces origina conflictos familiares.
¿Y para la empresa?
Más allá de creer en esta herramienta, que ya es un gran paso, la empresa debe ser consciente de que teletrabajar puede implicar obligaciones, necesidades, cambios en los procesos, etc. Y no es algo que se consigue de la noche a la mañana. De ahí que con esta situación hayamos podido comprobar como la adaptación al cambio ha sido más fácil para empresas que ya estaban familiarizadas con el teletrabajo no solo porque sus trabajadores saben como hacerlo sino también por que la empresa ha sabido anticiparse a todas las exigencias técnicas y tecnológicas.
A pesar de esta capacidad de adaptación la empresa hace frente a otros retos, problemas o desventajas:
. Cambio cultural: tanto para la empresa como para los empleados. Un cambio que debe producirse progresivamente, aceptando y respetando que no todo el mundo lo asimila y gestiona de la misma forma.
. Mayor inversión en seguridad: trabajar en entornos digitales y a distancia exige una fuerte inversión no solo en herramientas y dispositivos tecnológicos sino también seguridad para proteger la información que se comparte en la red.
. Dificultad para organizar el trabajo: el hecho de no realizar el trabajo en la misma oficina exigirá una mayor organización del tiempo y los equipos. Si algo deja entrever el teletrabajo es la capacidad, o no, de saber gestionar equipos y para eso aquí una vez más hay que apoyarse en la formación en liderazgo, gestión, trabajo en equipo, etc.
. Confianza en las personas: y tenerla al 100 %. Confiar en los grandes profesionales que tiene el equipo. Si no es así, se perderá un tiempo muy valioso en “controlar” a las personas y el teletrabajo, que afectará negativamente a la productividad.
. Tomar medidas. No todo el mundo sabe o quiere teletrabajar. Una situación como la que estamos viviendo lo dejará patente. Y llegados a este punto, las empresas se verán obligadas a tomar decisiones complicadas como la reorganización del equipo.
.Tomarse en serio la comunicación interna. La comunicación es fundamental en cualquier compañía pero si un gran número de sus trabajadores/as lo hace desde casa se convierte en imprescindible con mayúsculas. Ya no vale que las personas se enteren de cambios o situaciones hablando junto a la maquina de café o simplemente que pregunte a su compañero compañera de al lado. Ahora cada están en casa y hay que construir una comunicación directa y regular en la distancia. En estos casos hay herramientas -principalmente aplicaciones móviles- que resultan muy útiles y de la cuales la organización puede sacar partido.
Estemos a favor o no del teletrabajo, este ha llegado para quedarse, y pasado todo esto, porque pasará, será el momento de posicionarnos a favor o en contra. Aunque para mí, en ese momento también tendríamos que tener a mano una escala de grises porque, como en tantas cosas de la vida, ni todo es blanco ni todo es negro.