Una de las razones de este cambio ha sido la revolución tecnológica, que ha provocado la eliminación de ciertos puestos de trabajo y ha creado otros, pero otra muy importante es que personas de distintas edades y con experiencia diferente conviven en los entornos laborales. Es muy importante saber gestionar y fomentar esta diversidad generacional y de todo esto vamos hablar en este blog.
Apostamos por la diversidad con inclusión porque estamos convencidos de que las diferencias suman y aportan valor.
Tanto las personas jóvenes como las mayores de 45 años tienen anhelos, preferencias, expectativas, objetivos, prioridades e intereses diferentes, pero pueden crecer y aprender si se ayudan y se respetan.
Para que esto sea así realmente, las empresas deben ser cada vez más proactivas para establecer estrategias de gestión de todo ese talento. El reto es que sepan generar estructuras laborales que satisfagan las necesidades de todas y todos y que estén al mismo tiempo alineadas con el negocio.
Tienen que saber generar una cultura colaborativa, donde se empodere a cada una de las personas. También deben interiorizar y saber transmitir a todos los públicos relacionados con la organización que las diferencias suman y que discriminar a una persona por su edad es, entre otras cosas, inaceptable. Y, sobre todo, para comprobar que sus estrategias funcionan, tienen que establecer indicadores para monitorizarlas.
No solo las empresas tienen que tener en cuenta esta realidad, sino que también lo tienen que hacer los directores y las directoras de Recursos Humanos. Deben entender las nuevas formas de colaboración, establecer nuevos esquemas de remuneración diferenciados y flexibles, crear nuevos programas de desarrollo de carrera o detectar y asimilar los elementos que motivan a cada generación.
El envejecimiento de la población es uno de los problemas más importantes en nuestros días.
Y lo seguirá siendo en el futuro mientras que la natalidad seguirá disminuyendo. Tanto es así que según datos del Banco Mundial, España será uno de los países más envejecidos del mundo en 2050. Tanto las organizaciones como las y los profesionales de Recursos Humanos no pueden obviar la situación actual.
Este hecho provoca que, inevitablemente, tengamos que trabajar más años y que sea fundamental la buena gestión de este talento sénior con las nuevas generaciones. Pero no hay que tomarse esto como un obstáculo, sino todo lo contrario. Siempre será enriquecedor combinar la frescura de las personas más jóvenes con la experiencia y el compromiso que suelen demostrar las más mayores.