Como ya hemos conocido en las publicaciones del mes de enero, las personas con discapacidad encuentran numerosos obstáculos para acceder a un empleo. Dentro de este colectivo, las personas con enfermedad mental sufren unas tasas de desempleo superiores al resto de personas con discapacidad.
Aprovechando la oportunidad que nos brinda AMAFE, entrevistamos a dos personas que participan en sus talleres de inserción laboral, para poder darles voz y que nos cuenten de primera mano sus experiencias en el mundo del trabajo.
De esta manera queremos poner nuestro granito de arena en la lucha contra el estigma que sufren las personas con enfermedad mental.
Queremos agradecer a Jose Luis y a Carlos que hayan participado en esta entrevista y que nos hayan brindado la oportunidad de conocer la realidad que se encuentran a la hora de acceder a un empleo.
Pregunta. Vamos con la primera pregunta, ¿qué supone para vosotros un trabajo?
José Luis: Un trabajo para mí es sentirme útil, estar ocupado y poder controlarme a mí mismo. También es valiosa la rutina, sentirse liberado y poder disfrutar del momento del trabajo. Todo esto se suma a la importancia del reconocimiento social y económico. Recientemente he empezado a trabajar de conserje en una finca.
Carlos: Mucho esfuerzo y trabajo. Sobre todo, en muchos de los trabajos que he estado como por ejemplo en las universidades, en la Mutua Madrileña, luego en el Máster en finanzas y contabilidad… que por cierto me trataron muy bien en cada uno de ellos. Mi última experiencia fue en la Fundación a la Par. Actualmente me encuentro en búsqueda de empleo.
P. ¡Enhorabuena por el empleo!, ya que has estado buscando empleo recientemente y Carlos está en búsqueda activa, ¿cuáles son los principales obstáculos que os habéis encontrado cuando habéis estado buscando empleo?
J.L: Pues en mi caso no solamente la discapacidad sino también el tipo de discapacidad. Tengo que “camuflar” la discapacidad, sobretodo cuándo me preguntan que qué es lo que me pasa.
C: Después de mi enfermedad, la vida me ha cambiado totalmente. Los trabajos son más precarios, temporales. Hay muchas dificultades, y ahora con la pandemia, más todavía. Es más difícil tener un contrato indefinido.
Además, los discapacitados también podemos tener trabajos con más estudios, con una formación elevada. Recuerdo en una entrevista, en la cual el entrevistador me dijo que tenía un CV incluso mejor que él.
P. Y, ¿cómo te os sentís cuando en una entrevista de trabajo os han preguntado por vuestra discapacidad?
J.L.: Me siento que se meten en algo que no les importa. Genera desconfianza.
C: Soy sincero, no me gusta mentir. Incluso prefiero que la empresa lo sepa.
P. Cuando has entrado en un equipo ¿has contado que tienes discapacidad al resto de compañeros/as? Y si es que sí ¿cómo han reaccionado?
J.L: No cuento nada sobre mi discapacidad.
C: No lo oculto, no tengo problema. La gente siempre ha sido muy amable.
P. ¿Cuáles son vuestras aspiraciones profesionales? ¿Cómo os veis en el futuro?
J.L.: Todo lo relacionado con la informática es lo que más me gusta. Actualmente estoy aprendiendo todo lo relacionado con mi trabajo actual, conserje, y todas sus tareas relacionadas, sobre la gestión del tiempo, etc.
C: Me gustaría tener un puesto de contable, administrativo. Busco comodidad, un buen jefe, tolerante, buen ambiente, compañerismo…
P. Y para finalizar la entrevista, ¿qué crees que pueden hacer las empresas para integrar a las personas con discapacidad en sus equipos de trabajo?
J.L.:Tratar de ayudarlos, tratarlos como personas con muchas habilidades. Si tienes un 40% de discapacidad, significa que tienes un 60% de capacidad.
C: Formación para el puesto y formación continua, tengas o no discapacidad. Es lo que garantiza un buen trabajo y la progresión profesional.
Las personas con discapacidad somos igual de válidos, necesitamos oportunidades en el ámbito laboral. También sería importante apoyo por parte de los jefes y compañeros, acompañamiento… El estrés y el mal trato no llevan a nada. Si la persona falla, hay que ayudarle.