La Dirección General de Igualdad de Trato y Diversidad del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad de España, conjuntamente con la Comissão para a Cidadania e a Igualdade de Género de Portugal y la Universidad Complutense de Madrid, han llevado a cabo el Proyecto Europeo ADIM “Avanzando en la gestión de la diversidad LGBTI+ en el sector público y privado”. Este proyecto está financiado por la Unión Europea y en él participan 16 empresas y 8 universidades públicas de España y Portugal que buscan mejorar el respeto y la inclusión en ámbitos laborales de lesbianas, gays, bisexuales, trans y otras personas pertenecientes a las llamadas minorías sexuales -como intersexuales, asexuales o personas de géneros no binariosque incluiremos en esta guía bajo las siglas LGBTI+.
Según este estudio el 72% de las personas LGBTBI+ vuelve cada día al armario en sus lugares de trabajo, y solamente el 55% de las personas del colectivo que tienen hijos e hijas se sienten cómodos hablando de ellos.
Especialmente relevante es el hecho de que el 24% de personas LGBTI+ reconoce que uno de los motivos principales de permanecer en silencio es no querer que cambie la valoración profesional que se tiene de ellos y ellas.
Otros motivos muy frecuentes por el que permanecen en el armario es el temor a los insultos o al despido, pero también a ser víctimas de burlas, chistes o cotilleos, sean intencionados o no.
Debemos recordar que el uso del lenguaje es una de las mejores herramientas para generar entornos de inclusión. En esta causa el lenguaje tiene un poder enorme, debemos desterrar expresiones enraizadas que hacen mucho daño a las personas de este colectivo.
Muchas personas del colectivo destacan el trabajo que están haciendo algunas empresas comprometidas con fomentar la diversidad y crear entornos seguros. Hay empresas que han hecho un ideario sobre la tolerancia y la inclusión, pero también es cierto que en ellas se siguen observando reductos machistas y homofóbicos preocupantes.
Dentro del proyecto se ha realizado un diagnóstico interno de las políticas de diversidad e inclusión dirigidas a personas LGBTI+. Según se desprende de las encuestas –en las que han participado 8.557 empleados, de los que 1.147 formaban parte del colectivo–, del total de las personas LGBTI+ que oculta su orientación sexual en el trabajo, un 26% no es visible con ningún compañero, otro 26% solo es visible con alguno y un 20% con la mayoría.
La realidad es que mucha gente no se siente cómoda para salir del armario en su trabajo porque siente que va a ser etiquetada o porque va a ser objeto de burla o represión.
Existe una preocupante minoría que no es tolerante. Hay un porcentaje significativo –en las encuestas está alrededor de un 20%– de personas que son abiertamente lgbtifóbicas. O, lo que es lo mismo, una de cada cinco personas es probable que insulten o discriminen. Aquí es donde debería incidir las políticas de diversidad de las empresas, no dando cabida a este tipo de comportamientos y fomentando espacios seguros.
Según el proyecto, en su mayoría se trata de episodios de lo que se conoce como homofobia liberal; una espiral de silencio que pretende reducir la diversidad sexual y de género a la estricta esfera de lo privado bajo la excusa de que no es necesario contar ciertas cosas privadas en el ámbito laboral.
En el proyecto ADIM, además de hacer una radiografía de la situación de diversidad de las empresas, también se dan algunas claves para fomentar la inclusión, que no necesariamente pasan por hacer grandes inversiones, pero sí por tener ganas de mejorar.
La brecha trans
El índice de paro de las mujeres transexuales es el mayor que existe entre todos los colectivos de los que existen registros, y eso lo indican los informes de la OIT o la OCDE, que señalan que es uno de los colectivos con menor inclusión y mayor discriminación laboral: aunque tengan cualificación suficiente, a las mujeres trans se les rechaza por miedo a que puedan resultar conflictivas para la empresa, lo que se traduce en un incremento de marginalización del colectivo.
Los problemas a los que se enfrentan en su lugar de trabajo, caben citar la imposibilidad de obtener un documento de identidad que refleje su género y su nombre; reticencia del resto de personal respecto a su forma de vestir y mayor vulnerabilidad al hostigamiento y el acoso.
No es solo una lucha LGTBI+
Entre el porcentaje minoritario de gente abiertamente intolerante y el otro porcentaje minoritario de gente abiertamente respetuoso con el colectivo se encuentra una enorme masa de gente que permanece en silencio. Esa mayoría respetuosa todavía no ha dado el paso de cortar según qué situaciones: un chiste, un rumor… Pero es muy importante que quienes forman parte de ese 80% de personas respetuosas con la diversidad LGBTI+ visibilicen que lo son.
Hay mil formas de mostrarse públicamente como aliado, pero necesitamos que la gente respetuosa levante la mano y se una para acabar con la discriminación existente tanto en la empresa como en la sociedad.
Los expertos se muestran optimistas respecto al avance conseguido en los últimos años en la sociedad española ya que, a principios de los setenta, apenas el 3% de la población española aceptaba la homosexualidad. Hoy hablamos del 80%.