Cuando me dijeron de escribir este artículo, me sentí afortunada de contar qué significa para mí, trabajar en un centro especial de empleo. Tengo un síndrome congénito que me hace tener movimientos repetitivos e involuntarios y, a pesar de lo que la sociedad piensa, esta discapacidad nunca me ha impedido realizar lo que me propuse pero, es verdad, que socialmente no he sido siempre bien recibida. Actualmente, la discapacidad está mucho más normalizada que hace 20 años, cuando se pensaba que una persona con discapacidad era una persona “inválida” que no podía realizar tareas productivas y cuya “utilidad” era ver cómo pasaba su vida.

El primer encuentro que tengo con esta estigmatización es en un lugar tan normal como el metro, en el que llegué a no querer entrar debido a que era foco de burlas y risas.

Esta experiencia hace que mi autoestima se vea mermada y no consiga ver en mí, valores y aptitudes positivas.

En el momento que empiezo a querer entrar en el mundo laboral, tengo entrevistas en empresas que, pese a su presunción de inclusión e integración laboral, me encuentro con que esas bonitas palabras, no son más que mera publicidad hacia el exterior, puesto que sus actos, son totalmente contrarios a dichas afirmaciones.

Un tiempo después de que se me reconociera la discapacidad, empiezo a trabajar en Triangle Servicios Auxiliares donde, no solo me tratan con igualdad, sino que ven en mi discapacidad un potencial para crecer y superarme a diario. Con respecto a mi experiencia personal, puedo destacar que, mi visión acerca de mí misma ha cambiado totalmente. He recibido un trato de cariño, ánimo y confianza. Personalmente pienso que el trabajo es una parte muy importante de mi vida y, en él, me han hecho sentir valorada, útil e importante, sentimientos que una persona estigmatizada por el diagnóstico de la discapacidad, piensa que nunca llegará a sentir. Estos sentimientos hacen que cada mañana tenga ganas de ir a trabajar e invertir la mayor parte de mi día, desarrollándome a todos los niveles. Puedo decir, sinceramente, que en Triangle Servicios Auxiliares no solo he encontrado una forma de desarrollarme profesionalmente, sino una familia que me apoya, cuenta conmigo y confía en mí.

En Triangle Servicios Auxiliares, me han formado, me han ayudado a desarrollarme y me dan la protección necesaria para adquirir seguridad y habilidades. Doy gracias a diario de que, existan personas tan humanas y buenas, que consiguen que alguien que llega sintiéndose rechazado, vuelva a encontrar su valor.